Un estudio en publicado en la revista Nature Geoscience sugiere que el objetivo de limitar a 1,5º el calentamiento global por encima de la era preindustrial ha muerto. Durante casi una década, desde el Acuerdo de París en 2015, el límite de 1,5 grados Celsius de calentamiento global ha sido el símbolo de la acción climática. Representa la delgada línea que separa un futuro manejable de uno lleno de riesgos extremos para los ecosistemas y la humanidad. Sin embargo, este objetivo parece estar al borde del fracaso.
Los llamamientos para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 °C, incluidos los que se están haciendo en la COP29, estarían encontrándose con una incómoda realidad: el objetivo sería ya, en la práctica, inalcanzable.
El nuevo método de cálculo de la temperatura global expuesto por científicos británicos en este estudio ha sacudido las bases de la contabilidad climática tradicional. Má aún, afirma que el planeta ya podría haber alcanzado 1,49 °C por encima de los niveles preindustriales a finales de 2023, frente a los métodos convencionales que sitúan este aumento en torno a 1,3 °C. La nueva metodología, más simplificada y precisa, plantea que el calentamiento acumulado hasta ahora ha sido mayor de lo estimado, lo que reduce aún más el margen para actuar.
Este hallazgo plantea una cuestión sustancial a la que debe darse respuesta por parte de gobiernos, empresas, entidades financieras y todo tipo de instituciones y activistas comprometidos con la lucha contra el cambio climático: ¿ha llegado el momento de abandonar este objetivo y reconocer que el límite de 1,5º ya no es viable, o bien deben redoblarse los esfuerzos para mantenerlo?
La respuesta no puede ser otra que un mayor compromiso y urgencia para reducir las emisiones de carbono y proteger a las comunidades más vulnerables mediante nuevas acciones e iniciativas y un volumen creciente de recursos financieros dirigidos a estos objetivos, tratando de revertir una tendencia que todos observamos que está generando episodios climáticos extremos, más frecuentes e intensos cada vez en forma de olas de calor, sequías, tormentas y un aumento del nivel del mar que amenaza la vida y los medios de subsistencia de millones de personas.
